lunes, 3 de noviembre de 2008

Educación para la ciudadanía ¿qué opinas?

La polémica que han montado este verano la COPE y la Iglesia hablando de la nueva asignatura «Educación para la ciudadanía» y cuántos tontos les han seguido el juego, sin saber la misa la media, apoyándoles en este tema! Esto, lo del apoyo, es co
mo Esperanza Aguirre apoyando incondicionalmente a Rajoy ante sus estúpidas declaraciones sobre el cambio climático... Hay gente a la que le vá lamer el culo para hacer méritos y pedir favores, y apoya en lo inapoyable a quien haga falta si con ese apoyo a esa persona esa persona, agradecida y con poder, le devuelve el favor con cre
ces... pero no me quiero salir de la cuestión y voy a hablar de la asignatura más inteligente que he visto planteada en el programa de estudios de nuestros chavales «edu-cación para la ciudadanía».
Al contrario de ciertas personas que hablan por hablar y sin conocimientos previos (en mi pueblo hay uno que le dicen que ha crecido el río y sin ir a verlo es capaz de responder«sí, mucho¡lo que ha llovido río arriba!» (y yo paseé al lado del río y no había crecido nada). Pues para no pecar de igno-rante y no debatir por debatir, yo, lo primero que he hecho este nuevo curso escolar, antes de empezar a opinar sobre estetema, es conocer a cerca de qué estoy opinando. Así que me fuí a una librería de mi pueblo cuando empezaron las clases y andaban todos los alumnos pidiendo el material escolar, y encargué libros de texto escolares sobre esta materia. Los compré, los leí, y he adivinado por qué la iglesia se opone a esta nueva asignatura.
La Iglesia, en la Edad Media, vivía gracias a los tontos. Es muy fácil ser «el rey», tener el poder, si se posee el acceso al conocimiento y a la sabiduría (a los ignorantes se les domina mejor que a los cultos y educados). Me acuerdo de la no
vela y también película «El nombre de la rosa» ¿la recuerdan? En la que los libros estaban en los conventos (y se mataba para que no accedieran a ellos). En el siglo XXI nadie va a envenenar, literalmente, a nadie, pero sí que se puede envenenar a la opinión pública metiéndola el miedo (principalmente a los padres) para que no permitan que a sus hijos un maestro se «les abra los ojos»con una asignatura como es educación para la ciudadanía.
Estuve leyendo el pasado miércoles un par de capítulos del libro de Carlos Fernández Liria (profesor de filosofía de la Universidad Complutense de Madrdi, Luis Alegre Zahonero, investigador por esta misma universidad, y Pedro Fernández Liria, profesor de secundaria y doctor en Filosofía (ed. Akal). Tras haber ya ojeado otro, y en este último ví las peligrosas cosas que pretende inculcar el Gobierno a nuestros hijos (decían n una tertulia de la COPE como si el gobierno pretendiese con esta asignatura hacer robots de los niños inculcándoles peligrosas ideas y mentiras (las mentiras sólo se pueden contar en clases de religión¡a cuantas generaciones se ha sometico con el miedo al infierno!. Si Dios es amor, Dios no puede ser un ser al que temer...) Pero en fin.. Mentiras de la Iglesia a parte, descubrí que todo lo que propone esta asignatura a nuestros hijos es que abran los ojos. El libro se habla de cosas tan peligrosas como la verdad, el honor, la igualdad, la honestidad, la libertad, la razón, lo demostrable y lo opinable... y de la objetividad. ¡Oh! ¡Que grandes peligros para la Iglesia que se enseñe a nuestros hijos a que abran los ojos y razonen! Y es que claro, si una person (de cualquier edad) abre los ojos y elige libremente podría ver que «la verdad» absoluta es que 2+2 son 4 (lo diga quien lo diga, lo diga una mujer, un gay, un judío, un cura, un rico...) Pero hay otras verdades que las castas sacerdotales nos han intentado a lo largo de los siglos «vender» como absolutas y son indemostrables y a veces imposibles de creer a no se que se tenga fe ciega. Y he ahí el problema peronas, seres humanos, que dicen hablar en nombre de Dios en un mundo atiborrado de diosecillos, idolillos en un mundo en el que nadie debería de apropiarse de un lugar y decir que es un dios o un representante de dios...
Nadie es mejor que nadie (este es otro de los peligrosos conocimientos que se pretenden inculcar a través de esta asignatura a nuestros hijos).. pero claro, en una sociedad en la que todo se vende como «mi Dios es el mejor, el verdadero» o en el que uno se creee más que otro por su status social (ser hombre, rico, hetero y blanco es mejos que ser mujer, lesbiana, pobre y negra), ¡no nos extrañe del miedo que inculcar estas ideas puedan tener ciertos sectores de la Iglesia y de la sociedad! (en una sociedad en la que se impulsa lo contrario, el ser más rico, triunfar, o en la que nos dicen que siendo vascos, gallegos o leoneses somos mejores que siendo españoles o castellanoleoneses o europeos.)